"En uno de mis últimos libros, “Reino,
Política y Misión”, trabajo bastante el tema de Reino en la teología
latinoamericana y Reino en la Missio Dei ,
que justamente digo en un momento que el concepto de Reino permite superar la
tendencia eclesiocéntrica en la teología y la misión cristiana, cuando la
iglesia entiende la misión como si su centro fuera ella misma, reduce el propósito
de Dios con su mundo. En rigor, el propósito último de Dios no se reduce a
salvación de almas o de personas, o de familias, sino que consiste en la
reconciliación del mundo. Pablo dice que en Cristo Dios estaba reconciliando al
mundo consigo mismo (2 Corintios 5.19). A la luz de este texto y de otros de la
literatura paulina como Romanos 8.19 y subsiguientes, que hoy por hoy
llamaríamos un pasaje ecológico, en donde la creación entera está reducida a
esclavitud, la reconciliación no es solo de personas sino de pueblos y toda la
naturaleza (que nosotros llamamos teológicamente la creación). Hay que entender el mundo en sentido
comprensivo, abarcando no solo la vida humana, y la salvación de las personas, sino
también el mundo creado por Dios, ya que la esperanza cristiana no se reduce a
un cielo etéreo, sino a cielos nuevos y una tierra nueva. Muchas veces nos
olvidamos de lo segundo."
(Próximamente estaremos publicando la transcripción completa de su exposición.)
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